A medida que el calendario se acerca a septiembre, la actividad del baloncesto se intensifica. Los jugadores están dando los últimos toques a su trabajo de pretemporada, y los entrenadores se preparan para la próxima temporada agregando nuevas jugadas y variantes en el libro de jugadas.

Pero antes de que se ponga en marcha la temporada regular, los equipos tendrán que poner a sus jugadores en sintonía.

Bienvenidos al campamento de entrenamiento de baloncesto.

El campamento de entrenamiento es el lugar en el que los jugadores ponen a prueba sus habilidades nuevas o mejoradas, en un entorno seguro con el cuerpo técnico, con el fin de determinar si, tácticamente, éstas pueden ser incluidas en la nueva temporada.

Si varios jugadores de la plantilla han mejorado respecto al año pasado, esto permite a los entrenadores diseñar nuevas jugadas, aprovechando esas habilidades de la manera más eficiente posible.

Así que hablemos de los diferentes aspectos de los campamentos de entrenamiento de baloncesto.

Simular el flujo del juego

Simular partidos de baloncesto reales puede valer su peso en oro. Los jugadores experimentarán con nuevos diseños de juego, probarán mejoras y se harán una idea de dónde están, en comparación con la temporada pasada. 

Algunos jugadores se darán cuenta de que sus mejoras de pretemporada les han elevado a nuevas alturas, proporcionándoles papeles destacados para la próxima temporada, mientras que otros pueden tener que pasar la temporada mayormente ocupando el banquillo, lo que debería servir de motivación para la próxima temporada.

Para los entrenadores, les da una idea de con qué jugadores pueden contar para la temporada, algo que no debe subestimarse como clave del éxito. Además, los entrenadores pueden dedicar el campamento de entrenamiento a elaborar las jugadas que han diseñado durante el verano y ver si esas jugadas son válidas.

Un equipo rojo defensivo

El término "equipo rojo" se utiliza en el periodismo como una forma de marcar los errores de las noticias principales. Un grupo de periodistas trabaja en una historia, la mantiene en secreto frente a un grupo secundario, el llamado equipo rojo, y luego tiene que presentar y defender la integridad de la crónica, con el equipo rojo tratando intencionadamente de destrozar la historia. Si el equipo rojo no puede encontrar ningún agujero, la historia se mantiene y se puede publicar.

Esta misma lógica aplicarán ocasionalmente los entrenadores que están probando nuevas jugadas. Llevarán a un grupo de jugadores a un lado y les mostrarán este nuevo esquema, y les pedirán que lo prueben ante una defensa que no sabe lo que viene. De este modo, los entrenadores no sólo se harán una idea de si su diseño de juego se sostiene o no, sino que también conocerán la capacidad de adaptación del grupo de defensores sobre la marcha.

Adaptarse a situaciones nuevas es clave para sobrevivir en el baloncesto. Los equipos siempre intentarán sacar de ritmo a sus rivales, y viceversa, introduciendo nuevos sistemas. Prepararse para los imprevistos es algo habitual en el campamento de entrenamiento, por lo que la comunicación es un tema frecuente para los equipos al comenzar la temporada.

Química, comunicación y cohesión

El talento y las habilidades son necesarios para cualquier equipo de baloncesto, pero hay algo que va más allá de eso. Una temporada larga requerirá química entre los compañeros para superar los periodos más duros, y más flojos, que aparecerán durante el año.

Ten en cuenta que los jugadores no tienen por qué ser amigos. Pero debe haber respeto mutuo entre los compañeros de equipo en todo momento, para optimizar el producto en la cancha. Todo equipo necesita un cierto nivel de cohesión para tener éxito, lo que se consigue con una comunicación profunda y relaciones de trabajo sólidas. Por eso es útil el campamento de entrenamiento, ya que un equipo puede unirse colectivamente por el objetivo compartido de tener una buena temporada.

Esta responsabilidad no recae exclusivamente en los jugadores. Aquí es donde el cuerpo técnico tendrá que implicarse para promover el diálogo y proporcionar a los jugadores herramientas de comunicación en la cancha. 

Como todo en el baloncesto, es un matrimonio entre el jugador y el entrenador.