Construir un legado: Cómo el programa de fútbol conecta el instituto Garden City con la comunidad y la tradición
Frederik Hvillum
Con una estrategia clara y una gran ambición, Paul Cutter trabaja diariamente para desarrollar el programa de fútbol de la Garden City High School, enfocándose en mejorar las habilidades de los jugadores mientras apoya su crecimiento personal.
Como entrenador y profesor, Cutter, nacido en el Reino Unido, se dedica a crear un ambiente donde los aspectos técnicos del fútbol se equilibren con sólidos valores y una profunda conexión con la comunidad local. “En la preparatoria, creo que se trata mucho más de un sentido de comunidad. Es un sentido de tradición,” afirma, destacando los fuertes lazos entre la escuela y el pueblo. “Muchos de los chicos a los que entreno—sus padres jugaron aquí, y ellos han crecido en el pueblo.” Para él, los deportes de preparatoria en los Estados Unidos son únicos: una comunidad donde los esfuerzos de los estudiantes en el campo se convierten en parte de la historia de la escuela y de las tradiciones locales.
El entrenador ha sido parte de la Garden City High School durante casi dos décadas. Al mudarse a los Estados Unidos para perseguir su pasión por el fútbol y la enseñanza, ha sido testigo de cambios significativos en el fútbol de preparatoria a lo largo de los años. “En el pasado, teníamos que centrarnos mucho en habilidades técnicas básicas. Pero hoy, los chicos llegan a la preparatoria mucho más avanzados técnica y tácticamente,” señala. Este cambio ha permitido entrenamientos más avanzados, abriendo oportunidades para enfatizar estrategias como la presión y la posesión del balón.
La integración de la tecnología en el entrenamiento
Una parte clave de su enfoque como entrenador es el uso de la tecnología para mejorar y desarrollar el entrenamiento. El análisis de video le permite tanto a él como a los jugadores profundizar en detalles que de otro modo podrían pasar por alto. “Nos da la oportunidad de repasar el partido el lunes y analizar puntos específicos el martes, aunque la temporada de preparatoria avanza rápido,” explica. “Los entrenadores universitarios pueden tener solo uno o dos partidos por semana y un cuerpo técnico más amplio, por lo que pueden centrarse en el producto final. Nosotros, en cambio, trabajamos de manera más directa y práctica con los jugadores desde cero.”
Este enfoque le ha permitido trabajar individualmente con los jugadores a pesar de las exigencias de una temporada ocupada en la preparatoria. Puede mostrar rápidamente a un jugador cómo abrir el juego o mejorar su posicionamiento, y la tecnología le permite hacer un seguimiento con ellos poco después de un partido. “Hay una gran diferencia entre decirles algo y mostrárselo,” señala. “Si podemos mostrarles ciertos patrones… mira, no estás ahí. La próxima vez, quiero que estés cinco pasos atrás, tres pasos más ancho.”
Comunidad y tradición en los deportes de preparatoria
Para Cutter, el fútbol de preparatoria tiene un lugar especial porque está profundamente arraigado en la comunidad y la tradición. “Se trata de los chicos que han crecido con el objetivo de intentar ganar un campeonato del condado,” explica. “Y los seniors—es su último año juntos con chicos que conocen desde que tenían tres o cuatro años. Creo que eso significa mucho más para ellos.” Este aspecto comunitario diferencia al fútbol de preparatoria del fútbol de club, donde el enfoque está más en el desarrollo individual. “Se puede debatir sobre el nivel. En los clubes, probablemente el estándar sea un poco más alto. Pero en términos de lo que significa para los chicos, creo que la preparatoria ciertamente tiene un lugar para ambos.”
Este profundo sentido de conexión con la escuela y la comunidad hace que el fútbol de preparatoria sea especialmente significativo para los jugadores. “Para la gran mayoría, esta es su última oportunidad en un deporte organizado. Eso simplemente significa mucho para ellos,” señala. Jugar para el equipo de la escuela no se trata solo de ganar; se trata de crear recuerdos para toda la vida y ser parte de una historia compartida.
Ambiciones para el futuro y el valor de los buenos modelos a seguir
Para Cutter, entrenar a los jóvenes de Garden City no se trata solo de formar equipos ganadores. Ve su papel como una oportunidad para moldear a las personas jóvenes e inculcarles valores que puedan aplicar en todas las áreas de su vida. Destaca la importancia de la retroalimentación y el análisis de video, especialmente para ayudar a los jugadores a comprender su desempeño con mayor claridad. “Tiene más impacto porque no hay discusión. Esto es lo que está pasando; no es mi opinión,” comenta, refiriéndose a la claridad que proporciona el análisis de video.
La ambición del entrenador de Garden City es continuar desarrollando el programa de fútbol, creando una plataforma donde los jugadores puedan crecer tanto atléticamente como personalmente. Ve un gran potencial en el fútbol de preparatoria en los Estados Unidos. “Para nosotros, como programa de fútbol, comenzamos cada temporada intentando ganar la final del condado,” dice, subrayando tanto los objetivos competitivos como la misión más amplia de fomentar el crecimiento de los estudiantes.
Durante su tiempo en la Garden City High School, Cutter ha sido testigo de una creciente pasión por el fútbol entre los estudiantes, quienes ahora muestran mayor entusiasmo y conocimiento del juego. “Antes, quizá había tres o cuatro chicos en la preparatoria con los que podía hablar de fútbol,” reflexiona. “Ahora, todos tienen un equipo favorito, un jugador favorito—están metidos en esto.” Atribuye este aumento de interés en parte a la mayor exposición al deporte, ya sea jugando videojuegos como FIFA o viendo partidos de la Premier League.
A través de su uso de tecnología, su enfoque en la comunidad y su compromiso con la construcción de sólidos valores, la dedicación de Cutter al programa de fútbol de la Garden City High School va mucho más allá del marcador. Se esfuerza por formar mejores jugadores y mejores personas, encontrando un equilibrio entre el juego y la vida—y, en última instancia, ofreciendo a los estudiantes una experiencia y una base que puedan llevar consigo para el resto de sus vidas.